Si estás pensando en vender tu vivienda, es importante que conozcas todos los gastos e impuestos que tendrás que afrontar para poder hacerlo. Esto te permitirá ahorrar dinero y evitar sorpresas desagradables. En este artículo, te explicamos qué gastos y qué impuestos debes tener en cuenta al vender una vivienda.
Gastos al vender una vivienda
Los gastos que debes tener en cuenta al vender una vivienda son: el certificado energético, la cédula de habitabilidad, la nota simple, los gastos de cancelación de la hipoteca (si hubiera), el contrato de arras, los gastos de notaría y la comisión inmobiliaria.
- Certificado energético: Es obligatorio para poder vender una vivienda. Se trata de un informe que evalúa el consumo energético de la vivienda y su eficiencia energética. El coste del certificado depende del tamaño de la vivienda, pero suele oscilar entre los 100 y los 200 euros.
- Cédula de habitabilidad: Esta cédula es necesaria para comprobar que la vivienda cumple con los requisitos mínimos de habitabilidad exigidos por la ley. El coste de esta cédula también depende del tamaño de la vivienda, pero suele oscilar entre los 50 y los 150 euros.
- Nota simple: Es un documento emitido por el Registro de la Propiedad que contiene información sobre la propiedad, como el nombre del propietario, el precio de compra, etc. El coste de esta nota simple es de unos 10 euros.
- Gastos de cancelación de la hipoteca: Si hay una hipoteca sobre la vivienda, habrá que pagar los gastos asociados a su cancelación. Estos gastos varían según el banco, pero suelen oscilar entre los 500 y los 1.000 euros.
- Contrato de arras: Este contrato es necesario si se quiere formalizar un acuerdo entre comprador y vendedor para garantizar el cumplimiento del contrato de compraventa. El coste del contrato de arras suele ser muy bajo, alrededor de 100 euros.
- Gastos de notaría: Estos gastos son necesarios para formalizar el contrato de compraventa ante un notario. Los gastos varían según el notario, pero suelen oscilar entre los 500 y los 1.000 euros.
- Comisión inmobiliaria: La comisión inmobiliaria es un porcentaje sobre el precio total que se cobra por la intermediación en la venta de una vivienda. Esta comisión suele ser de un porcentaje del precio total, aunque puede variar según el agente inmobiliario.
Impuestos al vender una vivienda
Además de los gastos anteriores, hay otros impuestos que debes tener en cuenta al vender tu vivienda: el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), la plusvalía municipal, el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y el Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR).
- Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF): Este impuesto se aplica a todos aquellos contribuyentes que obtengan beneficios por la venta de un inmueble. El tipo impositivo dependerá del beneficio obtenido y tendrá que pagarse antes del 30 junio del año siguiente al año en que se haya vendido el inmueble.
- Plusvalía municipal: Esta plusvalía es un impuesto municipal que se cobra por el incremento patrimonial generado por la venta del inmueble. El importe a pagar dependerá del ayuntamiento donde esté ubicada la vivienda y tendrá que pagarse antes del 30 junio del año siguiente al año en que se haya vendido el inmueble.
- Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI): Este impuesto es anual y se cobra por cada bien inmueble poseído durante un periodo determinado. Si has vendido tu vivienda durante este periodo tendrás que abonar este impuesto antes del 30 junio del año siguiente al año en que hayas vendido tu vivienda.
- Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR): Si has vendido tu vivienda a un no residente tendrás que abonar este impuesto antes del 30 junio del año siguiente al año en que hayas vendido tu vivienda. El tipo impositivo dependerá del país donde residan los compradores no residentes y tendrá que pagarse directamente al Ministerio de Hacienda o al organismo competente correspondiente.
Por último, recuerda siempre consultar con tu asesor fiscal para conocer todos los detalles relacionados con los gastos e impuestos asociados a la venta de tu vivienda y evitar sorpresas desagradables en el futuro.