En el mundo de las finanzas y la vivienda, existen diversos tipos de hipotecas diseñadas para adaptarse a las necesidades y circunstancias individuales de cada comprador.
Una de las opciones más particulares y menos conocidas es la hipoteca autopromotor. En este artículo, exploraremos qué son estos préstamos, sus ventajas y desventajas, y quiénes los solicitan.
¿Qué son las hipotecas autopromotor?
Las hipotecas autopromotor son un tipo de préstamo destinado a financiar la construcción de una vivienda unifamiliar, un chalet o incluso un edificio de apartamentos, donde el solicitante asume el rol de promotor y constructor del inmueble.
A diferencia de las hipotecas tradicionales, donde se compra una propiedad que ya está construida, en el caso de las hipotecas autopromotor, el proceso involucra la adquisición del terreno, la obtención de los permisos necesarios, la planificación y supervisión de la construcción y, finalmente, la entrega de la vivienda terminada.
Otra de sus particularidades es que, en las hipotecas autopromotor, el dinero se entrega en tres plazos:
- Fase inicial o “suelo”: cuando firmas la hipoteca, el banco te entrega aproximadamente la mitad del importe total de tu hipoteca para iniciar las obras.
- Fase de certificaciones: a medida que la construcción avanza y que el arquitecto así lo certifica ante el banco, se te va entregando más dinero.
- Fase de fin de obra: cuando el técnico certifica que la edificación ha finalizado, recibes una última entrega de dinero (entre el 10% y el 20% del importe del préstamo).
El plazo de devolución de las hipotecas autopromotor suele ser de 30 años como máximo.
¿Quiénes solicitan hipotecas autopromotor?
Las hipotecas autopromotor las suelen pedir personas con experiencia en el sector de la construcción o que desean tener un control total sobre el diseño y la edificación de su vivienda. También son habituales entre pequeñas empresas constructoras que quieren desarrollar proyectos inmobiliarios.
Con todo, no es una opción muy popular en España, en parte debido a la complejidad y al riesgo asociados con la construcción del inmueble, así como a los requisitos impuestos por las entidades bancarias.
¿Cuáles son los requisitos para contratar un préstamo autopromotor?
Además de cumplir con los requisitos habituales de solvencia necesarios para solicitar cualquier préstamo hipotecario, las personas que quieran contratar una hipoteca autopromotor deberán:
- Disponer de un terreno urbanizable en propiedad.
- Tener un proyecto de obra elaborado por un arquitecto y visado por el Colegio de Arquitectos.
- Solicitar una licencia de construcción en el ayuntamiento correspondiente.
- Contar con un presupuesto de ejecución elaborado por una empresa constructora.
Ventajas de las hipotecas autopromotor
Estas son algunas de las principales ventajas de contratar una hipoteca autopromotor:
- Diseño personalizado: la mayor ventaja de este tipo de hipoteca es la posibilidad de diseñar y construir la vivienda según las necesidades y gustos individuales. Esto permite crear un espacio totalmente adaptado a las preferencias del propietario.
- Mayor control: al asumir el rol de promotor y constructor, el propietario tiene un mayor control sobre el proceso de construcción, lo que puede resultar en un mayor cuidado y atención a los detalles.
- Potencial de ahorro: en algunos casos, construir puede resultar más económico que comprar una propiedad existente, especialmente si se gestionan bien los costes y se evitan gastos innecesarios.
Inconvenientes de las hipotecas autopromotor
No todo son beneficios con las hipotecas autopromotor. A continuación, ponemos sobre la mesa algunos inconvenientes:
- Complejidad y riesgo: la construcción de una vivienda conlleva una serie de riesgos y complejidades que no se encuentran en la compra de una propiedad existente. No todo el mundo está preparado para resolver de forma eficiente los retrasos e imprevistos que puedan surgir.
- Requisitos estrictos: como ya hemos comentado, las entidades financieras suelen imponer requisitos más estrictos para las hipotecas autopromotor, ya que el proceso conlleva más incertidumbre y riesgo. Se requiere un plan de construcción sólido, experiencia previa en el sector, y la aprobación de los planos y permisos correspondientes.
- Mayor trabajo y responsabilidad: al convertirse en el promotor y constructor, el propietario asume una carga de trabajo significativa, desde la gestión del proyecto hasta la supervisión de los trabajadores y la coordinación de los proveedores.
En resumen, las hipotecas autopromotor son una opción poco convencional en nuestro país, pero bastante atractiva para aquellos que desean tener un control total sobre el diseño y la construcción de su vivienda. Aunque presentan ciertos desafíos, ofrecen la posibilidad de crear un hogar a medida y, a su vez, ahorrar costes.