En nuestro país, llevar a cabo obras en una vivienda puede ser un proceso complejo y lleno de burocracia. Sin embargo, existen algunas obras de menor envergadura que no están sujetas a la obligación de obtener una licencia.
¿Qué es una obra menor?
En España, se considera una obra menor a aquella intervención o modificación en un edificio que no altera su configuración estructural ni supone un riesgo para la seguridad, estabilidad o habitabilidad del mismo.
Las obras menores suelen estar relacionadas con aspectos más superficiales o de menor envergadura, como trabajos de reparación, mantenimiento, renovación o mejora que no afectan de manera significativa a la estructura principal del inmueble.
La categorización de una obra como menor puede variar ligeramente dependiendo de la normativa y de las regulaciones específicas de cada municipio o comunidad autónoma. Por lo tanto, es importante consultar las disposiciones locales para determinar exactamente qué tipo de intervenciones se consideran obras menores en una ubicación específica.
4 tipos de obras menores en una vivienda que no requieren licencia
A continuación, destacamos las cuatro tipologías más comunes de obras menores que se realizan en nuestro país y que, en principio, no requieren licencia.
1. Obras de mantenimiento y conservación
Las obras de mantenimiento y conservación no suelen requerir licencia en España. Nos referimos a tareas básicas para mantener el buen estado de la vivienda, como la reparación de averías, la sustitución de elementos desgastados, la pintura de paredes, el cambio de suelos, la limpieza de canalizaciones o la reparación de instalaciones eléctricas o de fontanería.
Sin embargo, es esencial tener en cuenta que, aunque no necesiten licencia, estas obras deben realizarse cumpliendo con las normativas vigentes y sin afectar la estructura del edificio. De lo contrario, puedes enfrentarte a riesgos legales y de seguridad, calidad y durabilidad.
2. Obras de mejora en el interior de la vivienda
En general, las obras de mejora y reforma de interior también pueden llevarse a cabo sin tener que obtener una licencia.
Estas obras incluyen cambios estéticos y funcionales dentro de la vivienda, como la redistribución de espacios, la renovación de baños o cocinas, la instalación de nuevos revestimientos, la mejora del aislamiento térmico o acústico, la sustitución de ventanas y puertas, o la instalación de sistemas de climatización.
Con todo, siempre es recomendable consultar a un profesional y asegurarse de que las modificaciones propuestas cumplen con los requisitos de seguridad y habitabilidad establecidos en el Código Técnico de la Edificación.
3. Obras en elementos no estructurales
Otro tipo de obras para las que, generalmente, no se pide licencia en una vivienda son las intervenciones en elementos no estructurales del edificio, es decir, mobiliario, revestimientos decorativos de paredes, etc. En este caso, podemos instalarlos y modificarlos sin necesidad de licencia, siempre y cuando no se altere la estructura del edificio o se vean afectados los elementos comunes.
4. Obras de jardinería y paisajismo
Las obras de jardinería y paisajismo tampoco suelen requerir licencia en nuestro país. Aquí se engloban la creación o modificación de jardines, la plantación de árboles, la instalación de sistemas de riego o la construcción de pequeñas estructuras exteriores como casetas de jardín.
No obstante, en algunos municipios, es posible que existan regulaciones específicas en cuanto a la altura de los árboles o al uso de determinados materiales, por lo que siempre es aconsejable consultar las normativas locales antes de iniciar cualquier obra de jardinería.
Al realizar obras en tu vivienda, es importante conocer qué tipo de intervenciones se consideran obras menores para cumplir siempre con la legislación vigente y ahorrarte tiempo y dinero en burocracia innecesaria.