Una nueva directiva de la Unión Europea exigirá una etiqueta de eficiencia energética “D” como mínimo para poder comercializar viviendas a partir de 2033. Esto tendrá un fuerte impacto en Galicia, donde se estima que más del 80% de las viviendas actuales no alcanzan este estándar y por lo tanto quedarían fuera del mercado de venta y alquiler si no se mejora su eficiencia energética.
La directiva establece un calendario para que todas las viviendas de la UE alcancen una calificación “E” en 2030 y “D” en 2033. El objetivo es renovar 35 millones de viviendas para reducir las emisiones un 55% en 2030.
Viviendas antiguas y mal aisladas, un reto en Galicia
Galicia tiene un parque inmobiliario antiguo, con un alto porcentaje de viviendas construidas sin aislamiento térmico moderno. Esto representa un gran reto de cara a cumplir con los estándares que exigirá la UE en los próximos años.
La mayoría de las viviendas gallegas tienen actualmente una etiqueta energética inferior a “D”. Esto significa que necesitarán reformas integrales para mejorar su aislamiento y sistemas de calefacción, refrigeración e iluminación, a fin de obtener la calificación mínima.
Inversión necesaria en rehabilitación de viviendas
Para evitar la salida masiva de viviendas del mercado, es necesario acelerar el ritmo de rehabilitación energética en la próxima década. Los expertos advierten que los plazos establecidos son muy exigentes.
Se han habilitado subvenciones y beneficios fiscales para incentivar la inversión en mejora de la eficiencia. Sin embargo, se necesitarán grandes inversiones por parte de propietarios, comunidades de vecinos y administraciones públicas.
Mejoras aumentan el valor y reducen costos
A pesar del desembolso inicial, la inversión en rehabilitación energética puede aumentar el valor de una vivienda hasta un 10% en el mercado.
Además, una mejor calificación energética reduce significativamente las facturas de luz y gas para los inquilinos. Por tanto, las reformas aumentan la demanda y rentabilidad de las propiedades.
Obligatoriedad de inspección técnica
Antes de 2030 se establecerá la obligatoriedad de una inspección técnica de los inmuebles construidos antes de 1980. Esto permitirá evaluar su situación y necesidades de reforma para cumplir la normativa europea sobre eficiencia energética.
Los expertos recomiendan a propietarios anticiparse y comenzar cuanto antes un plan de mejora energética de sus inmuebles, para maximizar el retorno de la inversión y evitar una devaluación de los activos.
Oportunidades para el sector de la construcción en Galicia
La necesidad de rehabilitar un gran volumen de viviendas en un periodo relativamente corto de tiempo representa una oportunidad sin precedentes para el sector de la construcción en Galicia.
Las empresas constructoras y de reformas podrían ver un aumento sustancial en la demanda de sus servicios en los próximos años, lo cual dinamizaría la economía y el empleo de la región.
Sin embargo, el sector debe prepararse para responder a este reto aumentando su capacidad y formando trabajadores cualificados en rehabilitación energética de edificios. Se precisarán perfiles técnicos específicos para evaluar las necesidades de cada inmueble y realizar reformas integrales.
Nuevos modelos de negocio
También surgirán oportunidades para desarrollar nuevos modelos de negocio, como empresas de servicios energéticos que financien y ejecuten las reformas, obteniendo su retorno de los ahorros generados.
Asimismo, se abren posibilidades para startups tecnológicas que ayuden a monitorizar y gestionar el uso eficiente de la energía en los hogares.
Transformación del sector inmobiliario
Más allá del impacto directo en la construcción, la directiva europea provocará una transformación profunda del sector inmobiliario en Galicia en la próxima década.
Los promotores deberán construir viviendas de consumo casi nulo y dotadas de suministro energético renovable. Mientras, las inmobiliarias verán modificarse los estándares de calidad que demandan los compradores y arrendatarios.
La calificación energética se volverá un factor determinante en el precio y la competitividad de las propiedades residenciales. Y crecerá la demanda de viviendas eficientes de nueva construcción.
Por tanto, el sector debe reorientarse hacia un modelo inmobiliario sostenible y descarbonizado, en línea con los objetivos europeos para 2030 y 2050.
Impacto en el precio de la vivienda
Se espera que la directiva europea impacte significativamente en los precios del mercado inmobiliario en Galicia durante la próxima década.
Las viviendas con baja calificación energética verán devaluarse su precio, mientras que las reformadas y eficientes energéticamente aumentarán su valor.
Esto se debe a que la demanda se concentrará en las viviendas con etiqueta “D” o superior, al volverse un requisito para poder comercializarlas.
Diferencias entre municipios y zonas
No obstante, el impacto no será homogéneo. Habrá diferencias significativas entre municipios y zonas urbanas y rurales.
Las viviendas en las ciudades, más modernas y mejor comunicadas, tendrán mayor facilidad para acometer reformas energéticas.
En cambio, las casas antiguas y aisladas en el rural pueden quedarse progresivamente deshabitadas por no resultar rentables de rehabilitar.
Oportunidad de regeneración urbana
Las ciudades gallegas podrían aprovechar la directiva para impulsar planes de regeneración urbana. Reformando barrios enteros para crear entornos residenciales eficientes y sostenibles.
Esto atraería nuevos residentes y dinamizaría la actividad en zonas actualmente degradadas o con población envejecida.
Cambios en los hábitos de consumo
Por último, la directiva europea provocará cambios paulatinos en los hábitos de consumo de los ciudadanos.
Cada vez se demandarán más viviendas bien aisladas, que reduzcan el gasto energético y económico de las familias.
Los consumidores también buscarán electrodomésticos y sistemas más eficientes que les permitan optimizar el uso de energía.
Asimismo, la concienciación sobre el derroche energético y la emergencia climática se extenderá en la sociedad. Impulsando un modelo de vida más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
En definitiva, nos espera una década de grandes cambios estructurales en el sector inmobiliario gallega, con oportunidades pero también desafíos que debemos afrontar cuanto antes.